No necesitan de una pizarra, una tiza y un salón de clases para educar. Han adaptado su metodología para poder enseñar desde problemas matemáticos complejos, pasajes de la historia hasta diversos idiomas en videos, que luego van a las redes sociales. Conozca las historias de algunos profesionales que, a la distancia, continúan con la loable labor de formar ciudadanos para una mejor sociedad.
En un minuto, Fidel Medina (46) puede hacer lo impensado: multiplicaciones rápidas, triángulos notables, suma de números mixtos, cocientes notables, binomios y más. Su método ha ganado popularidad en Tik Tok, una aplicación para crear y compartir videos, la favorita en estos días de aislamiento social obligatorio. Sus publicaciones han superado los tres millones de reproducciones. Este sistema, vale decirlo, nació hace más de 20 años, cuando el entonces profesor de matemática era alumno del colegio Ricardo Palma, en Surquillo, e intentaba memorizar fórmulas para ingresar a la universidad.
Gracias a eso, fue admitido en 1993 a Ingeniería de Sistemas en la Universidad Nacional Mayor de Ingeniería (UNI) y a Ingeniería Electrónica en la Universidad Ricardo Palma (continuó sus estudios en esta última). Si bien sus padres lo apoyaron los primeros meses, sabía que debía ganarse la vida así que empezó a dar clases particulares de matemática. Al año siguiente ya estaba en las aulas de distintas academias. “El año 96 me marcó como docente. Los chicos comenzaron a ingresar y justo en uno de los exámenes de la UNI, un alumno -que intentó varios años- me agradeció porque ingresó por el método. Vino la familia y nos pusimos a llorar en mancha. Si eso puede cambiar vidas, darles alegrías, por qué no hacerlo de forma accesible para todos”. Decidió, entonces, continuar enseñando.
Inició una maestría en docencia universitaria para tener mayores herramientas. Hizo libros, separatas y capacitación a profesores. Eso hasta el 18 de diciembre de 2008: su familia emprendió un negocio, Tortas Juancho, y Fidel los acompañó en esa aventura. Para eso, tuvo que renunciar a todo y alejarse de las aulas… hasta que, más de una década después, una pandemia lo puso, de nuevo, frente a alumnos. Sus hijos, de 15 y 17 años, iniciaban las clases virtuales. En un almuerzo, salió el comentario de que Medina enseñaba mejor. “Ahorita me hago una cuenta para enseñar matemáticas gratuitas”, respondió, claro, en broma. Fueron ellos quienes lo animaron a entrar al mundo del Tik Tok.
Al principio, cómo no, costó. El primer video lo repitió 64 veces. “Mis hijos me decían: sonríe, párate así, sé directo, eso no le gusta a mi generación. Incluso para marcar el tiempo, me hacían señas con los pies. Tenía a mi equipo de producción. Hacía todo lo que me decían, pero con mi sazón. Una clase, normalmente, se da en 40 minutos. La sesión de aprendizaje tiene varias etapas. Lo máximo que hacía era 6 minutos. Bajarlo a 1 min fue difícil, por eso el primer video me llevó casi dos horas. (…) Tik Tok me dio la oportunidad de llegar a más gente”.
Entre sus proyectos, está un tutorial (virtual) de matemáticas para que, quien lo vea, se vuelva autodidacta. Planea lanzarlo el 12 de julio, día de su onomástico. Van a ser 100 videos bastante entretenidos, con un poquito de lo mío, un poco de modernidad. Espero que eso ayude a no tenerle mucho miedo a la matemática”. También puede seguirlo en sus lives -más extensos, eso sí- todos los sábados para entender los números.
EL PEREGRINO DE LA HISTORIA
En la azotea de su casa en San Jerónimo, Cuzco, con el Inti (Sol) y el nevado Salkantay de fondo, Juan Ebert Quispe (31) da clases caracterizado de Túpac Amaru, José Olaya, Mateo Pumacahua o algún personaje de la historia del Perú. Para presentarse, captar la atención del alumno y contar algún suceso tiene un minuto. Ese es el tiempo máximo que le da Tik Tok. Las redes sociales son sus aliados para seguir con su misión: Que todos conozcan la historia para no estar condenados a repetirla.
Natural de la provincia de Canchis, a dos horas en auto de la ciudad imperial, estudió Historia en la Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cusco. Luego de recorrer aulas de colegios estatales, se percató que los alumnos no prestaban atención al curso. “Trato de narrar la historia de manera más didáctica, más viva”, dice el docente que desde hace más de ocho años decidió caracterizarse para que sea el personaje el protagonista de la clase. “Que Pachacútec venga del pasado y comience a narrar la historia. La idea no es traer a un personaje muerto sino vivo, que venga a este tiempo y dé un mensaje”.
“Uno como profesor tiene que manejar las redes sociales con el propósito de seguir enseñando. Hay que innovar. Incluso, incorporo un poco de rap. Algunos dirían ‘¿qué loco, cómo el inca va a rapear?‘. Esa es la idea. O que salga el personaje de la máscara contando algo de la historia. Son cosas que se me ocurren”.
Juan Ebert tiene un apodo bastante particular: “El peregrino de la historia”. Y lo tiene más que merecido. Decenas de niños tienen que caminar a diario hacia lo más alto de un cerro para poder seguir con las clases virtuales. El docente, consciente de esto, fue a las comunidades campesinas a enseñar, manteniendo la distancia social. Todo por la loable misión de enseñar. Los viajes y vestuarios salen de su bolsillo. Su madre lo apoya con la confección. Quise manifiesta su deseo de contar con mejores equipos para poder llegar a más personas. Si desea ayudar, puede escribir al 984 285 853.
INGLÉS PARA TODOS
Tik Tok no es la única red social que los docentes usan. Aránzasu Mollyk brinda algunos consejos y reforzamientos de inglés en Instagram. La joven enseña desde los 15 años, luego de haber regresado a Perú de Estados Unidos. El 2017 comenzó a trabajar en ICPNA Surco, a los 19 años, en los niveles de básico e intermedio para adultos. A la par, estudiaba administración en la Universidad de Lima, francés y lengua de señas peruana. “Creo firmemente que para lograr un aprendizaje exitoso se debe trabajar en un ambiente de complicidad y empatía con el alumno”.