El gateo supone un gran avance en el desarrollo del bebé, le permite mayor autonomía y, por supuesto, el poder descubrir, probar, tantear, explorar…
Los bebés suelen comenzar a gatear entre los 6 y los 9 meses, y aunque algunos se saltan esta etapa, son enormes los beneficios que les proporciona. Aunque parezca extraño, gatear ayudará al bebé a leer y escribir en un futuro porque estimula, entre otras cosas, la motricidad fina que se traducirá en un buen control de trazo de la escritura.
La importancia del gateo para la lectoescritura
La etapa del gateo y primeros pasos del bebé es una de las más agotadoras para los padres. Nuestro hijo ya tiene cierta autonomía y decide explorar todo lo que se encuentra a su alcance, ya sea la escobilla del váter o los cajones y puertas que están a su altura. Dejas de mirarle un segundo y está a punto de llevarse a la boca ese pequeño juguete de su hermano mayor.
Su curiosidad es insaciable y a veces tenemos la tentación de sentarles en su sillita para que estén quietos, sin embargo, lejos de hacer esto, debemos estimular el gateo ya que tiene múltiples beneficios, entre ellos, adquirir habilidaddes para la lectoescritura.
- Gatear ayuda al bebé a ejercitar y perfeccionar la vista, aprende a enfocar ambos ojos y hacerlo a distancia. Esto le servirá para colocar el libro a una distancia correcta cuando empiece a leer y escribir.
- Estimula la tactilidad de la palma de la mano, es decir, adquiere la sensibilidad necesaria para poder tener en el futuro un control del trazo de la escritura. La palma de la mano se masajea a medida que el bebé gatea y esto envía información al cerebro sobre texturas y sensaciones.
- Se desarrolla el patrón cruzado de movimiento que consiste en mover brazo derecho y pie izquierdo y viceversa. Los hemisferios del cerebro trabajan de forma coordinada y puede realizar movimientos simultáneos con ambos lados del cuerpo, como pasar un objeto de una mano a otra o escribir en una hoja de papel, en un futuro.
- El gateo desarrolla la coordinación ojo mano, de tal manera que al gatear el bebé establece una distancia similar entre el ojo y la mano de la que necesitará más adelante a la hora de leer y escribir.
- Al gater el bebé ha de sujetar su peso con ambas manos, así adquiere estabilidad en los hombros y las palmas de las manos. Ambos son puntos fuertes para la motricidad fina, que es la que ejercitará más adelante al dibujar o escribir.
- Cuando un bebé gatea está fomentando la conciencia espacial, aprende a conocer su tamaño y el de los objetos de su alrededor. Así va adquiriendo sentido de profundidad, cantidad o tamaño, algo importante para aprender a leer y escribir.