Estimados docentes en esta oportunidad te compartimos el Primer Taller de Evaluación Psicopedagógica y Plan de Orientación Individual para docentes de la EBR.
¿Cómo construimos una cultura inclusiva en la Institución Educativa?
Construir normas de convivencia.
Establecer valores inclusivos.
Generar espacios de participación.
Acción 1: Construir normas de convivencia
Pensar la convivencia desde un enfoque de inclusión y no discriminación requieretrascender la idea de que la buena convivencia se trata solo de que los estudiantes acaten normas. Esa es una mirada que pone a los estudiantes en una situación de subordinación, como objetos de intervención educativa. Es necesario, en cambio, considerar, la convivencia escolar como un espacio de encuentro, en el cual son parte interviniente todos los estamentos que conforman la comunidad educativa (Cortes, 2018).
Acción 2: Establecer valores inclusivos
Cada valor resume un área de acción amplia y la aspiración a una educación y una educación más justa. Todos los valores son necesarios para el desarrollo educativo inclusivo, pero cinco de ellos –igualdad (derecho), participación, comunidad, respeto a la diversidad, y sostenibilidad– pueden contribuir más que los demás a establecer estructuras, procedimientos y actividades inclusiva. Sin embargo, es importante reconocer que todos estos valores están interrelacionados y unos y otros afectan en algún grado a las estructuras, se refieren a las relaciones y tienen una conexión espiritual.
Acción 3: Establecer espacios de participación
«La participación implica aprender, jugar o trabajar en colaboración con otros. Se trata de poder hacer elecciones y de tener algo que decir sobre lo que hacemos. Más profundamente tiene que ver con ser reconocido y aceptado por nosotros mismos”
Identificación de fortalezas
Las fortalezas consisten en el conjunto de habilidades, capacidades actitudinales, cognitivas, emocionales, afectivas y físicas que el estudiante posee.
“Para el éxito de una educación inclusiva es prioritario centrar nuestra mirada pedagógica en las fortalezas que los y las estudiantes puedan tener en diferentes ámbitos de su vida, pues sobre estas, es posible fortalecer su desarrollo, potenciar capacidades, motivar su participación y reconocerlos como personas únicas”.
En el marco del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), y con el propósito de orientar y facilitar la sistematización de las fortalezas del estudiante, estas han sido agrupadas en cinco dimensiones: