Minedu: Evaluación formativa en la sesión de aprendizaje y sus estrategias para realizarlo ¡Atención Docente!

La evaluación es un proceso sistemático en el que se recoge y valora información relevante acerca del nivel de desarrollo de las competencias en cada estudiante, con el fin de contribuir oportunamente a mejorar su aprendizaje.

Una evaluación formativa enfocada en competencias busca, en diversos tramos del proceso:

Valorar el desempeño de los estudiantes al resolver situaciones o problemas…

Identificar el nivel actual en el que se encuentran los estudiantes respecto de las competencias …

Crear oportunidades continuas para que el estudiante demuestre hasta dónde es capaz de combinar de manera pertinente las diversas capacidades que integran una competencia…

PRÁCTICAS DE UN DOCENTE QUE EVALÚA CON ENFOQUE FORMATIVO

● Comunicar y compartir los propósitos de aprendizaje, los criterios de evaluación y las producciones esperadas con sus estudiantes

● Hacer seguimiento del desempeño del estudiante y acompañarlo para ayudarlo a superar dificultades en su proceso de aprender

● Brindar retroalimentación de manera oportuna para que el propio estudiante identifique sus aciertos y aspectos por mejorar

● Recoger y analizar evidencias de aprendizaje para identificar logros o necesidades de aprendizaje

● Formular criterios e instrumentos de evaluación pertinentes a las competencias que se han desarrollado

● Aprovechar los errores de los estudiantes como oportunidades de aprendizaje

● Promover la autoevaluación y coevaluación de los estudiantes

● Crear oportunidades diferenciadas para seguir aprendiendo según sus estilos y ritmos de aprendizaje

ESTRATEGIAS DE EVALUACIÓN FORMATIVA

Conjunto de procedimientos que apuntan a evidenciar, en diferentes momentos y de variadas maneras, el aprendizaje de los estudiantes.

Son herramientas prácticas, concretas, sencillas, y adaptables a distintos contextos y actividades; y buscan promover los diferentes procesos involucrados con la evaluación formativa, entre ellos:

-Comunicar a los estudiantes los propósitos de aprendizaje de cada sesión (y/o actividad) y cómo se espera que las logren.

-Recoger variedad de evidencias de proceso de lo que están aprendiendo los estudiantes.

-Abrir oportunidades de participación de todos los estudiantes para generar compromisos con su aprendizaje.

-Retroalimentar a los estudiantes para identificar fortalezas y áreas en que deben mejorar o monitorear su progreso.

-Retroalimentar la práctica docente para ajustar actividades de enseñanza.

Podemos agruparlas de la siguiente manera:

Estrategias para compartir propósitos de aprendizaje y criterios de evaluación

Estrategias para recolectar evidencia de proceso

Estrategias para retroalimentar efectivamente

Estrategias para compartir propósitos de aprendizaje y criterios de evaluación

Se pueden utilizar para definir de manera comprensible y en conjunto con los estudiantes, aquello que se aprenderá al finalizar la clase y cómo demostrarán que ha sido aprendido.

Por ejemplo:

¿Qué vamos a hacer hoy?

Usar ejemplos y contraejemplos

Dedos arriba

Mi error favorito

¿Qué vamos a hacer hoy?

Un póster con las dos preguntas guías: “¿Qué vamos a aprender hoy?” y “Al final de la clase lograremos:”

Permite al docente comunicar el propósito de aprendizaje y los criterios de logro de una clase de manera sencilla y cercana para que los estudiantes lo entiendan y de esta forma tengan claro hacia dónde deben llegar.

Recomendaciones sobre su uso

Los estudiantes pueden participar activamente en el proceso ayudando, por ejemplo, a identificar palabras problemáticas en los enunciados del póster o llegar a un acuerdo sobre su significado.

Otra forma es pedirles que compartan su comprensión de los propósitos o que los parafraseen. Se sugiere también realizar preguntas para aclarar conceptos y palabras clave para que comprendan mejor el propósito de aprendizaje.

El póster debe estar en un lugar visible dentro del aula para que puedan monitorear su progreso en relación a la meta.

La definición del propósito y los criterios de logro se suele hacer al inicio de la clase, sin embargo se debe volver a ellos cada vez que se requiera para recordar a los estudiantes el sentido del aprendizaje.

Clarificar criterios de logro

Consiste en proponer una visión clara a los estudiantes sobre hacia dónde deben llegar, qué se espera de ellos y qué acciones tienen que realizar para lograr el propósito de aprendizaje con éxito.

¿Cómo aplicarla?

El docente presenta a los estudiantes el propósito de una actividad de aprendizaje, y la desglosa en criterios para alcanzarla.

Esta información debe encontrarse en un lugar visible por todos, para que puedan ir monitoreando su trabajo.

Además, es necesario explicar en voz alta los criterios y clarificar con los estudiantes qué es lo que se espera de ellos en el desarrollo de la actividad.

Recomendaciones para su uso

Puedes escribir propósitos y criterios en cartulina o papelógrafo, siempre con un tamaño de letra que sea legible por todos los estudiantes y en primera persona (plural o singular) para hacerlos más partícipes y que logren involucrarse.

Explica en voz alta los criterios y pregunta a los estudiantes qué entienden por la conducta que se describe.

Ofrece un espacio para que niños y niñas puedan resolver dudas sobre el propósito y los criterios de logro.

Usar ejemplos y contraejemplos

Esta técnica consiste en compartir con los estudiantes un buen ejemplo de cómo deben realizar su trabajo.

Ayuda a que diferencien un buen trabajo de un trabajo menos logrado.

Además, si se les muestra un contraejemplo, pueden conversar sobre las fortalezas y debilidades que presenta cada ejemplo.

Esto les ayuda a que internalicen las características de un trabajo de calidad, que cumple con los criterios de evaluación que permiten demostrar cuando han alcanzado el propósito.

Dedos arriba

En esta técnica, pida a los estudiantes que indiquen con su mano si entendieron un concepto, proceso o habilidad específica. Esto podría ser por ejemplo, mostrar el pulgar hacia arriba o hacia abajo para monitorear la comprensión del propósito de aprendizaje.

Estas respuestas indicarán al profesor quienes necesitan ayuda y cuáles pueden seguir avanzando. Lo crucial de esta estrategia es utilizar la información inmediatamente, no usarla únicamente como medio de verificación.

Mi error favorito

Esta estrategia consiste en presentar a los estudiantes algún error común o predecible en relación al concepto o al proceso principal del propósito de aprendizaje que se espera alcanzar, y luego preguntar si están de acuerdo o en desacuerdo, pidiéndoles que expliquen por qué.

Es una gran actividad de evaluación que convierte los errores de los estudiantes en oportunidades colectivas de aprendizaje.

Además, se puede hacer con cualquier tema o contenido y se tarda muy poco tiempo, por lo que los profesores pueden integrarla en la práctica cotidiana.

La premisa detrás de esta estrategia es que cuando los estudiantes cometen errores se pueden transformar en oportunidades de aprendizaje. Al presentarlos como una oportunidad, los perciben sin vergüenza porque los comparten y los sienten como “un error común del que todos podemos aprender”.

Estrategias para recolectar evidencia de proceso

Ayudan a monitorear el proceso de aprendizaje de los estudiantes e identificar dónde se encuentran respecto a los propósitos de aprendizaje propuestas.

Por ejemplo, presentamos las siguientes:

Preguntar en diferentes niveles

Tarjetas ABCD

Palitos con nombre

Pizarritas

Ticket de salida

Luces de aprendizaje

Mural o caja de preguntas

Evaluación entre pares

Preguntar en diferentes niveles

Esta técnica consiste en preguntar en distintos niveles, lo que permite guiar a los estudiantes en un proceso de descubrimiento paso a paso a través de preguntas.

El estudiante primero debe explorar el uso de habilidades cognitivas básicas como observación, descripción e identificación y luego avanzar hasta niveles aún más altos de cognición tales como síntesis, aplicación e interpretación.

En esta propuesta los primeros niveles están interpretados por el rol de un periodista o un detective, y en los siguientes al de un juez y un inventor.

Tarjetas ABCD

Es una estrategia de recolección de evidencia inmediata y simultánea. Los estudiantes dan a conocer la respuesta a una pregunta/situación que presenta alternativas, a través de unas tarjetas que tienen escrito las letras A, B, C y D.

Se puede obtener de manera rápida un panorama de las respuestas de los estudiantes y detectar logros, diferencias en razonamientos o posibles errores de respuesta. Por un lado, da la oportunidad de detectar e intervenir inmediatamente; por otro, aumenta la participación y compromiso de los estudiantes en la clase.

¿Cómo aplicarla?

Para aplicar esta estrategia es necesario tener preguntas que presenten diferentes alternativas de respuesta. Para aumentar las posibilidades de aprendizaje, iniciar debates o introducir una actividad, se sugiere construir diversas propuestas de respuesta, por ejemplo:

•Más de una alternativa correcta.

•Todas las alternativas son incorrectas.

•Alternativas que presenten diferente puntos de vista.

•Todas las alternativas son correctas pero presentan grados de profundidad del aprendizaje o habilidad.

Cada estudiante tiene un set de tarjetas ABCD, una vez que se presenta la situación/pregunta, deben pensar sus respuestas y, luego de un tiempo previamente acordado con el profesor, levantarlas al mismo tiempo. Lo anterior es para evitar que las elecciones se influencien por las respuestas de otros compañeros.

Recomendaciones para su uso

Esta estrategia es muy práctica para identificar los distintos puntos de vista o ideas de los estudiantes.

Invita a los estudiantes a pensar una razón por la cual eligieron esa alternativa.

Pide a estudiantes de elecciones opuestas que expliquen sus posturas.

Para motivar el uso de la estrategia estimule a los estudiantes a crear sus propios set de tarjetas (decorando, recortando, etc.).

Luces de aprendizaje

Es una estrategia de automonitoreo. Consiste en que cada estudiante dispone de tres objetos (vasos, cartulinas, caritas, etc.) que identifiquen los colores del semáforo. Cada color representa un estado frente al objetivo de la clase o actividad específica a desarrollar.

Verde: entiendo muy bien.

Amarillo: me está costando un poco.

Rojo: no entiendo, no puedo seguir.

Recoge evidencia sobre el autoconcepto de logro que tienen los estudiantes. Permite comprometerlos con su proceso de aprendizaje ya que los estimula a hacerse cargo de su aprendizaje y a que activen procedimientos para colaborar o pedir ayuda.

Recomendaciones para su uso

Esta estrategia es ideal para labores individuales en guías, hojas de trabajo, entre otros.

Si un estudiante muestra la luz verde y otro la amarilla, es ideal estimular el trabajo colaborativo entre estos.

También puedes realizar un quiebre de la clase, apelando a los estudiantes que presentan la luz verde para que expliquen los temas a sus compañeros o les den algún consejo.

Puedes generar el espacio de confianza para invitar a los alumnos que sienten dificultades en las labores solicitadas o en el logro del objetivo de aprendizaje, a pedir ayudar o preguntar lo necesario.

Palitos con nombre

Para esta estrategia pida a cada estudiante que escriba su nombre en un palo de helado y coloque todos los palitos en un tarro, luego cada vez que realice una pregunta de la clase, seleccione un estudiante para responder sacando un palito. Este sistema de participación y respuestas al azar da la oportunidad a todos, disipando nociones de favoritismo, y los compromete a estar atentos ante la expectativa de ser apelados.

En cuanto al docente, puede recolectar evidencia del aprendizaje de todo el curso (y no solo de quienes siempre participan) e identificar las brechas entre estudiantes para que pueda retroalimentar y tomar decisiones pedagógicas oportunas.

Recomendaciones para su uso

En preguntas: saca un palito y da la oportunidad a ese alumno o alumna de responder. Si el estudiante se demora, se recomienda decir a viva voz: “no importa que se demore, está pensando su respuesta”.

Para el cierre de la clase: puedes pedir a los estudiantes que escriban preguntas sobre el tema abordado e ir seleccionado un palito para elegir una pregunta y otro para la respuesta.

Pizarritas

La estrategia consta de una pizarra pequeña o de una hoja blanca dentro de una funda plástica, y un marcador.

Cada estudiante tendrá una en su mesa y con ella proporcionará información y respuestas simplemente levantándola.

Esto facilita un sistema de respuesta de todos al mismo tiempo, por lo que el profesor puede ver rápidamente la comprensión de los estudiantes a partir de una visión general, obteniendo la información que necesita para hacer ajustes en su enseñanza y retroalimentar a los estudiantes.

Recomendaciones para su uso

Esta estrategia se puede implementar con actividades como:

Ilustrar una palabra nueva aprendida.

Hacer listas (tipos de palabras, verbos, palabras que comiencen con la misma letra, escribir la mayor cantidad de palabras que se formen de una determinada palabra, escribir características de los personajes de un cuento escuchado, etc.).

Realizar organizadores gráficos.

Responder con una carita “¿cómo me sentí al leer este texto?”.

Escribir la alternativa de una pregunta.

Corregir una oración que está mal escrita en la pizarra o pizarrón.

Revisar tareas.

Ticket de salida

Consiste en que cerca del final de una lección, los estudiantes escriben resúmenes o reflexiones explicando lo que acaban de aprender (lo que más les gustó, lo que no entendieron, lo que quieren saber más, etc.), en una tarjeta o papel y lo entregan al salir de la sala, como pase o ticket de salida.

El profesor, a su vez, se toma el tiempo para analizar, responder y, sobre la base de esta nueva información, tal vez modificar o adaptar las siguientes clases, ya que puede evidenciar quién sabe qué y si ciertos temas necesitan más tiempo de instrucción.

Recomendaciones para su uso y variantes

Algunas opciones de Ticket de salida son:– ¿Qué es lo más importante que aprendiste en la clase de hoy? — ¿Cómo le explicarías X concepto a un amigo o amiga?– ¿Entendiste la clase de hoy?, ¿cómo lo sabes?– ¿Qué preguntas tienes sobre la clase de hoy?– ¿Qué puedo hacer para ayudarte?

• Puede variar la forma de reflexión con opciones como escribir: — Tres cosas que aprendieron.– Dos dudas o preguntas que les quedaron.– Una apreciación u opinión sobre la clase.

Mural o caja de preguntas

En esta estrategia el profesor establece un lugar de la sala donde los estudiantes pueden dejar o publicar preguntas sobre conceptos, habilidades o procesos que no entienden. Esto puede ayudar a aquellos que tienen dificultades para expresar que no entienden.

Al mismo tiempo, aquellos que tuvieron éxito en cualquiera de los problemas identificados pueden mostrar la forma en que lo solucionaron, al curso en general o en modo “tutor”.

La participación del profesor es mínima, pues la idea es promover el aprendizaje entre pares, solo interviene en aquellos problemas que nadie más puede resolver, e incluso entonces, hará una pregunta apropiada, ofrecerá una sugerencia o comenzará una solución, para que luego los alumnos puedan asumir el control.

Esta técnica permite revisar de manera eficiente el razonamiento que están utilizando los estudiantes en tareas que presentan áreas de dificultad.

El profesor puede también registrar notas sobre cómo interactúan los estudiantes en situaciones en que el error se trabaja como una oportunidad de aprendizaje.

Evaluación entre pares

Esta técnica consiste en que los estudiantes intercambian sus trabajos y los revisan con una lista de verificación o una rúbrica para mejorar la calidad del trabajo antes de presentarlo al profesor. Para cerrar el ciclo de retroalimentación debe haber estructuras claras para orientarlos sobre cuándo y cómo deben considerar estas recomendaciones de sus pares.

La lista de verificación es un listado de los componentes básicos requeridos para una tarea, tales como “página de título, introducción, explicación de 5 párrafos y conclusión”. Se diferencia de una rúbrica ya que se utiliza principalmente para comprobar que todos los componentes requeridos estén presentes, mientras que una rúbrica tiene más probabilidades de evaluar la calidad del desarrollo de aquellos componentes. Con cualquiera de estas herramientas se debe enseñar a los estudiantes a proporcionar una retroalimentación precisa.

Los estudiantes no deben proporcionar calificaciones de ningún tipo, solo comentarios.

Descargue AQUÍ Evaluación formativa en la sesión de aprendizaje y sus estrategias para realizarlo

Créditos: Mg. Xavier Laguna Estrada

 

 

 

 

 

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