La evaluación es formativa en la medida en que las evidencias acerca del desempeño de los estudiantes es buscada, interpretada y usada por los profesores, los estudiantes o sus pares, para tomar decisiones acerca de los próximos pasos a seguir en la enseñanza y el aprendizaje. Decisiones que probablemente son mejores o mejor fundadas que las que hubiesen sido tomadas en ausencia de estas evidencias intencionalmente buscadas.
Relación entre evaluación formativa y sumativa
Finalmente, resulta importante señalar la relación entre evaluación formativa y evaluación sumativa. Durante mucho tiempo estas se han entendido como dos tipos de evaluaciones casi en oposición: la que es de proceso y la que es terminal, aquella que es para ayudar y aquella que es para sancionar.
La propuesta del CNEB, y que es señalada por varios autores en la actualidad, es que ambas se pueden entender como parte de un sistema, no en oposición, sino como evaluaciones que se realizan en distintos momentos, pero que ambas tendrán un mismo propósito formativo. Es decir, lo que ocurre al término del proceso de una unidad o un año escolar se convierte en una información rica e importante para las decisiones que se van a tomar después de ello, en la siguiente unidad o año escolar. Considerando que el proceso escolar tiene muchos años de desarrollo (un estudiante pasa 12 años en el sistema escolar), en realidad, lo que se percibe como un término es solo una transición de un momento a otro. Por lo tanto, la información provista por la evaluación sumativa se puede utilizar en el siguiente momento.