Las palomas podrían ser “ratas con alas” que transmiten enfermedades

Los comentarios que relacionan a las palomas con riesgos para la salud y la transmisión de enfermedades son comunes, ¿pero qué tan cierto es esto?

“Enfermedades de las palomas”
Los estudios indican que los excrementos de paloma pueden transmitir, cuando se inhalan, hongos Cryptococcus, responsables de enfermedades como la criptococosis (infección pulmonar) y la neurocriptococosis (infección del sistema nervioso central).

Pero estas investigaciones señalan también que el contacto con excrementos de paloma que conduce a la criptococosis u otras enfermedades es raro.

«La gran mayoría de las personas expuestas no se enferman porque la resistencia natural a estas enfermedades es alta entre los humanos», dice un documento técnico publicado en 2018 por la Sociedad Brasileña de Enfermedades Infecciosas (SBEI).

Estas enfermedades suelen afectar a personas con inmunidad debilitada, como los pacientes con sida y aquellos que han recibido algún tipo de trasplante. En ellos, pueden resultar de gravedad y conducir a la muerte.

Aun así, la criptococosis y la neurocriptococosis se conocen popularmente como «enfermedades de las palomas».

Sin embargo, el veterinario Daniel Vilela, del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama) de Minas Gerais, dice que no existe una “enfermedad de la paloma” en sí misma. “Es importante aclarar que hay otras formas de contraer la criptococosis”, dice Vilela.

La gran mayoría de las personas expuestas a heces de palomas no se enferman.
Los hongos Cryptococcus están presentes en excrementos de otros pájaros, frutas podridas o materiales orgánicos en descomposición.

Otras enfermedades causadas por hongos o bacterias transmitidas por la inhalación de excrementos de aves incluyen a la histoplasmosis, salmonela y enfermedades alérgicas.

Vilela explica que el contacto con el animal en sí no suele conducir a la transmisión de enfermedades y que incluso cuando hay heces en un lugar, una higiene adecuada elimina los riesgos.

En interiores, donde las aves se refugian, las posibilidades de contaminación son mayores. «Pero eso sucedería con cualquier animal, no solo con las palomas», dice Vilela.

El infectólogo Helio Bacha dice que clasificar a la criptococosis o neurocriptococosis como las «enfermedades de palomas» es equivalente a decir que la toxoplasmosis es la enfermedad de los gatos.

«La toxoplasmosis puede transmitirse mediante secreciones de gatos. Pero el gato no es la única fuente, porque también puede transmitirse de otras maneras, como agua o carne contaminada», dice el infectólogo.

“Los hongos responsables de estas enfermedades están presentes en los excrementos de palomas, pero no necesariamente se transmitirán a las personas”.

“Guerra contra las palomas”
Una de las principales razones por las cuales las palomas están más asociadas con enfermedades, según los estudiosos, es el hecho de que están presentes en grandes cantidades en las ciudades, especialmente en las zonas céntricas, donde hay muchos restos de comida.

Las palomas domésticas generalmente se alimentan de estos desechos naturales, semillas y alimentos que las personas les dan.

“Estas palomas existen donde hay humanos. Es un animal que ha sido domesticado, al menos, desde la Edad Media. Hubo una gran selección y llegaron a vivir muy cerca de los humanos, lo que destruyó sus características salvajes”, dice Vilela.

El veterinario afirma que la paloma doméstica es completamente diferente de las demás desde el punto de vista genético y adaptativo. «Ya no puede anidar en árboles, solo en lugares como casas y edificios. Tienen dificultades en entornos naturales», explica.

Bacha señala que el vínculo entre estas enfermedades y las palomas en el imaginario popular es una «simplificación progresiva que puede conducir a una guerra contra estas aves». Los activistas también señalan que la asociación de las palomas con estas enfermedades conduce a represalias contra estos animales.

«Mucha gente cree que la paloma es una ‘rata con alas’ o una plaga urbana, pero eso no es cierto. Cada vez que llegan noticias sobre personas que murieron por la ‘enfermedad de las palomas’, comienza una histeria colectiva y muchas palomas mueren», dice Fernanda Juliana.

Según la Ley de Delitos Ambientales de Brasil, en ese país las lesiones a los animales pueden ser castigadas con entre tres meses y un año de prisión, además de con multas.

«Por lo general, las personas pagan el equivalente a una canasta básica de alimentos y todo queda bien», dice la activista, que aboga por sanciones más severas para este tipo de casos.

Fernanda Juliana señala que algunas autoridades incluso le han declarado la guerra a las palomas y han buscado medidas para exterminarlas, considerando que su presencia podría traer numerosas enfermedades a la población.

“Muchos municipios quieren tomar medidas para sacar a las palomas de las plazas. Pero eso no está bien. Lo correcto es desinfectar los lugares adecuadamente. La gente necesita más información sobre estos animales para que no piensen que la alternativa correcta es hacerles daño”, dice la activista.

«No existe una base científica o técnica en la literatura mundial para justificar tal práctica (matar a las palomas). Las poblaciones humanas en las grandes capitales de los países europeos han estado viviendo durante siglos con una enorme población de palomas, y nunca se han observado brotes de criptococosis o histoplasmosis y en ningún momento se mataron animales», dice la entidad.

Cuando una paloma recibe comida en un lugar determinado, la tendencia es que ese lugar pronto reciba más pájaros. «Si solía haber 10 palomas allí, cuando son alimentadas, el número pronto se duplica o triplica», afirma Vilela.

Por esta razón, la SBEI recomienda, para evitar la concentración de palomas en ciertos lugares, que no se les alimente ni se deje restos de comida a su alcance. «La alimentación debe controlarse, utilizando estrategias como la aplicación de anticonceptivos para el control de la población de aves que no les causan daños», guía la entidad.

Sellar grietas y espacios que conducen a techos o sótanos y crear barreras físicas en lugares donde estas aves puedan posarse también evitan las concentraciones.

Cuando se acumulan las heces, es aconsejable humedecer los excrementos antes de limpiarlos para evitar la formación e inhalación de polvo que pueda estar contaminado con hongos y usar una máscara facial desechable.

Los expertos enfatizan que la preocupación con las palomas debe ser similar a la presencia de una gran cantidad de animales de cualquier especie, cuyos excrementos también pueden, en algunos casos, transmitir enfermedades.

«Si tuviéramos una gran cantidad de perros o gatos, como de palomas, los riesgos serían los mismos», dice Vilela.

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