El doctor en Educación Henry Giroux (1943) es un crítico cultural estadounidense y uno de los teóricos fundadores de la pedagogía crítica. Reconocido por haber compartido publicaciones y seguido la linea pedagógica con Jean Piaget. Sus teorías se basan en la importancia de que las estrategias didácticas promuevan el pensamiento crítico del estudiante y tengan en cuenta un contexto de democracia, justicia social, poder, cutura, y comunidad. Actualmente reside en Toronto (Canadá) como profesor en la Universidad McMaster, donde ostenta la cátedra de Cadenas globales de televisión en la carrera de Ciencias de la Comunicación. La Universidad Memorial de Canadá le concedió un doctorado honorario en letras.
Giroux, después de ofrecer una conferencia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (España), dialogó con Ana Torres Menárguez, y cuyo contenido ha sido publicado por El País (España, 14/05/2019), y también concedió en Girona (España) una entrevista a La Vanguardia (Silvia Oller) “en la que deja clara la necesidad de repensar cuál debe ser el objetivo de la educación y cuestiona la utilidad de los actuales métodos de evaluación”.
En esta ocasión compartimos la entrevista con fines educativos para que en un futuro o ahora nos pueda servir a nosotros como maestros.
ANA TORRES: ¿Qué es la pedagogía crítica?
HENRY GIROUX: “No es un método que se pueda aplicar en los colegios. Es una revisión del tipo de escuela que queremos. Es un intento por reconocer que la educación es siempre política y el tipo de pedagogía que se usa tiene mucho que ver con la cultura, la autoridad y el poder. La historia que contamos o el futuro que imaginamos se refleja en los contenidos que enseñamos. La pedagogía tal y como está planteada ataca en lugar de educar. Es un sistema opresivo basado en el castigo y en la memorización, que persigue el conformismo. Hay que desarrollar otros métodos que formen alumnos capaces de desafiar las prácticas antidemocráticas en el futuro”.
SILVIA OLLER: ¿Los profesores están preparados para hacer pedagogía crítica en las aulas? ¿Tienen suficientes recursos?
HENRY GIROUX: “Si queremos que los profesores sean críticos, hay que formarlos ya sea a través de programas pedagógicos o didácticos”.
ANA TORRES: Desde hace unos años, ha habido una ola de innovación educativa que ha transformado muchos colegios. ¿No cree que estén cumpliendo esa función?
HENRY GIROUX: “Las escuelas están siendo atacadas, especialmente desde Gobiernos fascistas y de derechas. […] La crisis de la escuela es la crisis de la democracia. Los gobiernos de derechas no quieren que la gente piense y la educación tiene un papel central en la lucha contra las narrativas tóxicas y el surgimiento de ideologías ligadas a la supremacía blanca”.
SILVIA OLLER: ¿Recomendaría el modelo educativo finlandés, que tantas alabanzas recibe?
HENRY GIROUX: “En el modelo finlandés los profesores son muy respetados, cobran buenos sueldos, son tratados como un bien público, tienen un gran control sobre sus aulas que tienen ratios pequeñas. Respaldo ese modelo para cualquier país.
Los docentes son un bien común y merecen más respeto que un banquero o un ejecutivo. Uno de los índices que ayuda a medir cómo un gobierno trata a sus menores es a partir de la inversión en educación. Cuando se invierte más en gasto militar que en educación, hablamos de una sociedad que agoniza, moribunda”.
SILVIA OLLER: ¿Es partidario de los exámenes?
HENRY GIROUX: “Los exámenes forman parte de un discurso de opresión, son una forma de disciplinar a estudiantes y a profesores y creo que roban la imaginación de los alumnos. Los exámenes se han convertido en una maldición al servicio de los poderes empresariales y otros poderes que buscan beneficios, ya que lo único que hacen es eliminar la autonomía de los maestros. A los docentes se les dice que hay que evaluar a sus alumnos y sobre qué contenidos, pero en el fondo esto hace que los maestros cada vez sepan menos de sus pupilos y de su comunidad y los estudiantes no se sienten ni motivados ni esperanzados”.
ANA TORRES: ¿Cuál es el peligro de los exámenes?
HENRY GIROUX: “Son una estrategia para hacer ciudadanos menos críticos. A los profesores se les ha dicho que no son intelectuales, que son tecnócratas y que están ahí para medir el conocimiento de los alumnos, que lo que importa son los exámenes. Parece que la evaluación es el centro del sistema educativo. Pero la función de la escuela debería ser conseguir crear ciudadanos tolerantes, con capacidad de diálogo.
El colegio es el lugar donde se crean las identidades. ¿Quién quieres ser? Cuando el profesor y los contenidos son incuestionables, están inculcando una forma autoritaria de entender la sociedad. Silenciar las dudas sobre lo que viene dado desde arriba.
ANA TORRES: ¿No cree que las escuelas deben preparar a los alumnos para las habilidades que pide el mercado de trabajo? Van a encontrar un terreno muy competitivo.
HENRY GIROUX: “No les tienen que preparar para el trabajo que tendrán en el futuro, sino para el tipo de sociedad en la que quieren vivir. Te ofrezco las habilidades digitales para que trabajes en Google o en Facebook, pero vivirás en una sociedad fascista e intolerante. Eso no vale. Hay que priorizar que aprendan a ser ciudadanos informados … […]”.
SILVIA OLLER: ¿Un mundo tan repleto de pantallas coarta el espíritu crítico de un alumno?
HENRY GIROUX: “Existe un error fundamental en relación a la cultura digital que es culpabilizar a la tecnología en vez de la sociedad que la usa. Las tecnologías se pueden usar de formas muy productivas. Cuando hablamos de cultura digital, nos referimos a los estudiantes como consumidores, pero creo que deberíamos tratarlos como productores de cultura: debemos ayudarles a controlar sus medios, a producir sus propios periódicos, a contactar con estudiantes de otros países para hablar de injusticias y de lo que la prensa convencional no aborda”.
ANA TORRES: Le podrían acusar de tener una visión demasiado utópica.
HENRY GIROUX: “Sobrevivir no es solo encontrar el trabajo adecuado, es reclamar un buen sistema público de salud o el derecho a una vivienda digna. El sistema escolar, basado en la competitividad entre iguales y en la idea de ganadores y perdedores, enseña a creer que cuando tienes un problema la culpa es tuya. Que los problemas son individuales. Las personas no pueden trasladar los problemas personales a carencias del sistema. Así surgen individuos alienados que se culpan a sí mismos de su situación desgraciada. “No hice lo suficiente en el colegio, por eso me va mal”, piensan, en lugar de mirar al estado del bienestar, ver si se está desmantelando. Hay que enseñar a luchar y a exigir a la administración que cumpla sus obligaciones”.
Fuente: Diario el Pais y webdelmaestrocmf