Luis Felipe Calderon Moncloa | ESAN»
«Si el colegio dice estar formando personas y ciudadanos; y si la universidad afirma estar formando profesionales íntegros, exitosos y socialmente responsables, entonces la educación presencial es y será eternamente insustituible.»
«Profesor Asociado – Universidad ESAN Por años, muchas personas me han consultado si les convenía hacer un MBA online. Y mi respuesta invariable siempre ha sido: “Si no puedes hacer un MBA de verdad, uno online es mejor que nada”. O sea, como dicen los chicos de hoy: “A nada…” No dudo de la legítima urgencia que tienen las instituciones educativas privadas, en esta coyuntura, de poder retener a sus alumnos y poder seguir cobrando sus pensiones pues tienen costos fijos que ni pueden ni deberían evitar.
Como por ejemplo: sueldos, alquiler de locales, pago de créditos, pago a proveedores, electricidad y agua, etc. Y señalo sin lugar a ambigüedades que esa necesidad económica es legítima y el estado deberá encontrar la manera que ninguna institución ni empresa quiebre, para que cumpla, primero que nada, con sus trabajadores y sus proveedores (que las empresas sobrevivan y que no interrumpan la cadena de pagos es vital, para todos, muy especialmente para los más pobres).
Para suerte de algunos, la solución coyuntural para las instituciones educativas privadas ya estaba allí, al menos en apariencia: que continuemos las clases por un sistema a distancia (mal llamado “virtual”) usando internet.
Así, ni el profesor ni los alumnos necesitan desplazarse ni exponer su salud, se continúa prestando el servicio educativo, las pensiones educativas se siguen pagando y todos ganan. ¿Todos ganan? En apariencia, sí. Pero no: la solución a distancia es mejor que nada y no hay más remedio en esta coyuntura, pero no nos autoengañemos.
Si queremos fingir que educar es solo cubrir los tópicos del syllabus y pretendemos que el objetivo de la educación es completar los contenidos académicos, la solución on-line es perfecta para esta crisis y (¿por qué no?) para después que pase la crisis, para siempre. Cerremos los campus universitarios y los locales escolares y todos ganarían: cada profesor en su casa, cada alumno en la suya y la universidad y el colegio se reduce a una plataforma intermediaria, basada en tecnología. (Es más, podríamos alucinar que con el tiempo aparecerá una app “uber” de la educación, donde cada profesor independiente conecta con cada alumno independiente y podríamos llevar este esquema ficticio hasta el absurdo). Con toda la modernidad que tienen las plataformas online, en realidad se basan en una concepción obsoleta de la educación pues en ellas lo que predomina son los contenidos cognitivos, teóricos y discursivos y son muy limitadas para los demás componentes de la educación que hoy sabemos son los vitales: la interacción, la socialización, la humanización, el liderazgo.
Para estas, lo presencial es y será irremplazable. Si creemos que un colegio y una universidad son solo espacios para enchufar contenidos cognitivos racionales en las mentes de los alumnos, pues la educación a distancia será suficiente. Pero si el colegio dice estar formando personas y ciudadanos; si la universidad afirma estar formando profesionales íntegros, exitosos y socialmente responsables y si la escuela de negocios dice estar formando gerentes responsables, integrales y exitosos, alguien que vela tanto por su éxito personal (lo que es absolutamente legítimo) como por bienestar de todos los demás stakeholders de su empresa, entonces, la educación presencial es y será eternamente insustituible.
Esta discusión se ha hecho más relevante en esta coyuntura ante la que, esperemos, el mundo reflexione y nunca vuelva a ser como antes. Si algún aprendizaje debemos sacar de esta crisis es que el capitalismo kombi, egoísta y depredador (el capitalismo salvaje y corrupto en que ha vivido todo el planeta, pero más especialmente el Perú) no funciona y que un nuevo tipo de capitalismo necesita ser construido. Nada más claro hoy que, si bien la primera y legítima responsabilidad es consigo mismos, una vez que eres gerente, tu responsabilidad deja de ser solo esa. Para ello, es imprescindible una educación integral que solo es posible con la educación presencial (por supuesto, con todos los soportes online existentes).
Finalmente, creeré que la educación a distancia puede suplantar plenamente a la presencial el día en que alguien honestamente me diga que prefiere hacer su luna de miel, ella en su casa y él en la suya, conectados por internet y mirando a la vez los mismos fabulosos videos 360º de París, en pantallas gigantes. Cuando llegue ese día, y los aviones hayan prácticamente desaparecido, te diré que una maestría online es igual a una presencial.»
Fuente: Diario Gestión