Las experiencias de aprendizaje son un conjunto de actividades que les permite a los estudiantes afrontar una situación o problema complejo, que se desarrolla por etapas y se extiende en varias sesiones.
Por medio de estas situaciones se podrá identificar y describir contextos específicos a nivel personal, familiar, local, regional, nacional o global, real o simulado. Tiene que ser significativa, retadora y desafiante para el estudiante.
El propósito de aprendizaje presenta las competencias que requieren mostrar para dar respuesta al reto que se plantea, lo que se requiere lograr a partir de una situación, responde a qué van aprender los estudiantes.
Los enfoques transversales ofrecen concepciones sobre las personas, su relación con los demás, su entorno y espacio común que se transforman en acciones específicas que constituyen valores y actitudes en la dinámica escolar.
Los criterios de evaluación son el referente específico para valorar el nivel de desarrollo de las competencias. Por otra parte, en la producción como en la actuación, el estudiante demuestra el nivel de desarrollo de competencias.
Muestra dichas competencias durante el proceso y se evidencia en un producto. Ahora bien, la secuencia de actividades sugeridas tiene un orden lógico y coherente para el logro del propósito planteado.
Se van desarrollando los productos y las actuaciones. En el planteamiento de las actividades se consideran los enfoques curriculares y a su vez las áreas según correspondan.
