Padres de familia y docentes ante el estrés de las clases virtuales.

Muchas familias no tienen acceso a internet o carecen de competencias tecnológicas para poder ayudar a sus hijos.

La falta de acceso a internet y el alto costo es uno de los principales obstáculos, tanto para docentes como alumnos. Por otro lado la deficiente y dispar competencia en el manejo de la tecnología afecta a docentes de mayor edad y a padres con menor acceso educativo.

Maestros tienen que realizar un esfuerzo inmenso para cumplir su trabajo de forma online, lo que demanda que estén dedicados a ello muchísimas horas al día. «Estamos atravesando situaciones de mucha preocupación porque somos conscientes que no estamos pudiendo llegar a todos los estudiantes. La pandemia dejó al descubierto situaciones de la realidad muy distinta. Ya que parece que partimos de la suposición que todos los estudiantes de la provincia tienen un espacio donde estudiar y un celular con conectividad. Esto no es así», afirmó.

Explicó que la situación genera mucho estrés en los alumnos, «muchos tienen vergüenza de expresar que no tienen datos o que no tienen un celular y los docentes que no manejan la tecnología están siendo ayudados por hijos o nietos. Todas son situaciones angustiantes», describió Sosa.

La docente manifestó que sumado a esto hay que trabajar para levantar el ánimo de muchos alumnos que no participan, lo que demanda diferentes estrategias que refuercen el vínculo. «Esto lo hacemos en cualquier horario, los fines de semana, feriados o cuando ellos pueden hacerlo y cuando quieran charlar o manifestar como se sienten», expresó.

Fuente: Carmen Amador «EL tribuno»

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